Dueña de un estilo codiciado y un carisma único, Paula Echevarría, Ana en 'Velvet', cuenta a la revista "InStyle" que es una mujer polifacética, tanto que ya ha lanzado su segundo perfume propio. "L'Eau Paula", una fragancia tan seductora y mágica como ella.
“No me gusta improvisar. David (Bustamante) siempre dice que tendría que dejarme llevar más. En verdad, soy cuadriculada y me gusta tenerlo todo bajo control”. Y gracias a esa especie de cuadrícula en la que convierte su mente, la actriz consigue hacer realidad todos sus sueños. Ahora triunfa en televisión gracias a la serie "Velvet", que le está dando muchas alegrías en su vida.
Al llegar al plató, besa a todo el equipo de InStyle y se
acerca a la máquina del café para prepararse uno americano.
Nos cuenta entre risas que ha echado unos quilillos
en sus recientes vacaciones más allá del Océano, pero que
ya está controlándose de nuevo, que no queda más remedio.
Sin embargo, está más guapa que nunca. No se anda
con rodeos a la hora de ponerse en marcha para la sesión
de fotos, y tampoco cuando tiene que expresar sus opiniones
o desnudar sus verdaderos sentimientos.
¿Es más difícil hacerse mayor siendo el centro de todas
las miradas?
En Velvet yo soy de las mayores, pero si tengo plano corto
compartido con Charlotte Vega, una actriz que solo tiene
21 años, no me acomplejo para nada. ¡Y ojalá llegue a la
edad de Aitana (Sanchez Gijón) como ella! Está tan
guapa... Mira, envejecer vamos a envejecer todos; yo espero
hacerlo con dignidad.
Háblame de cine.
¿Tus películas favoritas?
Por el vestuario, la historia de amor y la banda sonora, me
quedo con Moulin Rouge, ¡me encanta! También Cinderella
Man y alguna más de los ochenta o noventa. Precisa
Acabas de lanzar tu segundo perfume, L’Eau Paula.
¿Cómo lo has creado?
Partimos de la misma base de Paula, mi primera fragancia,
pero mucho más fresca. Gregorio Sola, el perfumista
de Puig, te escucha y va transformando todo lo que le
dices en esencias. Es mágico, como un diccionario de olores.
Y como esta fragancia sale a la venta ahora, en abril,
decidimos que fuera más veraniega, que pudieras ponértela
incluso en la playa… Cuando trabajas rodeada de
gente, como me pasa a mí, tienes que respetar el olfato
de los demás e intentar que un perfume no sea molesto en
ningún caso. Yo lo llevo siempre en el bolso y, como es
fresco, me lo puedo echar a todas horas.
¿Tienes buen olfato?
Me gustan muchísimo los perfumes y me fijo siempre en
cómo huele la gente. Cada olor me recuerda a una situación
de mi vida y rápidamente me traslada a un momento
concreto. Es increíble.
¿En casa eres igual de modosita que Ana Ribera o
prefieres entrar rápidamente en pelea?
Soy muy diferente. De hecho, Ana Ribera me pone de los
nervios; a menudo me enfado con ella y me dan ganas de
decirle que espabile… Yo soy mucho cañera.
¿Y te pareces en algo a tu personaje?
Pues en que soy muy amiga de mis amigos y defensora de
lo mío. Y Ana también lo es.
¿El hecho de ser madre ha cambiado tu forma de
interpretar?
Creo que sí. Cuando eres madre, estás más sensibilizada y
si algo tiene que hacer un actor es sentir todo más a flor de
piel. La temporada pasada, por ejemplo, con la muerte de
Alberto en Velvet me tocó vivir un rodaje complicado: me
tiré seis capítulos enteros llorando, concentrándome
constantemente para que saliera el llanto… Y no es que
esto lo haga mejor desde que soy madre, pero sí que te enciende
algo, no sé si me explico. Digamos que estás mucho
más preparada para sentir.
¿Te gusta tenerlo todo controlado en casa?
Me gusta controlarlo todo en casa y fuera de casa. No soy
controladora en el mal sentido de la palabra; no le pregunto
a David dónde ha estado o con quién, pero necesito
estar bien organizada. Y por supuesto, también sufro con
esto porque es imposible mantenerlo todo bajo control.
Imagínate en otra vida. ¿Dónde estuviste?
Seguramente en una isla o en una playa. Me gustan mucho
el sol y el mar.
Y en el futuro lejano, ¿cómo te gustaría verte?
Espero estar tranquila. Creo que es lo más justo para una
persona que ha luchado toda la vida por su familia y su
trabajo. Mis padres ahora están jubilados, por ejemplo, y
lo único que pido es salud para poder verlos y tranquilidad
para disfrutarlos. Y para mí, en un futuro, pido exactamente
lo mismo.
por ANGELA CARIDDI
fotografía ANTONIO TERRÓN
realización BAPTISTE LAURON
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